Heavy Metal News

¿Se puede lavar el cerebro de las personas introduciéndole estímulos que no capta concientemente? Un estudio académico británico asegura que es posible deslizar mensajes de contrabando en nuestra mente.

Tres experimentos llevados a cabo en la Universidad de Londres, consiguieron probar que la gente es capaz de procesar la información derivada de imágenes subliminales.

Como lo indica la palabra subliminal (etimología latina: sub-bajo; limen-umbral, límite) se trata de un mensaje destinado a llegar al receptor justo por debajo del umbral de su conciencia.

Semejante mensaje escapa al oído, a la vista, a los sentidos externos y penetra en el inconsciente profundo del receptor, el cual está completamente sin defensa frente a él.

El grupo de científicos británicos sentó a 50 personas frente a una computadora en donde se exhibía una serie de palabras. Cada término se mostraba en la pantalla durante una fracción de segundo, a una velocidad tal que no llegara a ser leído en forma consciente.

Las palabras estaban divididas en tres categorías: positivas (alegre, flor, paz), negativas (agonía, desesperación, asesinato) o neutras (caja, oreja, tetera).

Después de cada palabra, se le pedía a los participantes que indicaran la categoría a la que pertenecía y qué nivel de seguridad tenían en su decisión. Pues bien, los investigadores encontraron que los asistentes respondían con mayor precisión a las palabras negativas.

Eso informó Emoción, la revista de la Asociación Estadounidense de Psicología. A decir verdad, hay un largo debate sobre la real eficacia de los mensajes subliminales, en especial en el mundo de la publicidad.

Esto se originó en 1957 con Jim Vicary, un investigador de mercados en Estados Unidos, que hizo arreglos con el propietario de un cine en Nueva Jersey para instalar un segundo proyector especial que proyectaría durante la película frases intermitentes como “¿Hambriento? Coma palomitas” y “Beba Coca Cola”.

Éstas se proyectaban con tanta rapidez o estaban impresa tan tenuemente que no se les podría percibir de manera consciente, superpuestas en la película en sí. La empresa propietaria del cine hizo público que durante las seis semanas que duró la experiencia, las ventas de Coca Cola y de palomitas de maíz habían aumentado.

El suceso causó un revuelo en todo el mundo. Sobre todo una tormenta de protestas ante lo que aparecía como una técnica con capacidad para manipular la mente de las personas.

Sin embargo, para muchos autores la experiencia de Nueva Jersey ofrece escasas pruebas de su eficacia. De hecho, hay psicólogos que rechazan la posibilidad de que la conducta humana pueda ser direccionada por estímulos de este tipo.

Como sea, en muchos países las imágenes subliminales están prohibidas. El tema incluso entra dentro del mundo esotérico. Con el propósito de asustar, más que de vender, se ha usado en películas de terror una técnica similar a la de Vicary (por ejemplo en la famosa película El Exorcista, 1974).

Aún más recientemente, en 1990, la banda de heavy metal Judas Priest fue a juicio por causar el suicidio de dos jóvenes fanáticos a través de, supuestamente, haber grabado el mensaje subliminal “Hazlo” en una de las pistas de su disco.

La banda ganó el caso con base en que no existe evidencia científica de que los mensajes subliminales, incluso si se los percibe, puedan producir tal conducta extrema.

Pero los últimos estudios de los científicos británicos reinstalan la duda sobre la verdadera capacidad de influencia de estas técnicas, y sobre el dominio que se puede ejercer en el comportamiento de las personas, manipulando su inconsciente.

Fuente: www.eldiadegualeguaychu.com.ar